Cuentito en 3 actos

I
¡Salí tan enojada! ¿Cómo que "¡ni tu sombra te seguirá!? Qué sabrá el muy necio. Pegué un portazo tal que, seguramente, mi sombra se quedaba adentro. Yo la dejaba adentro ¿entendiste? ¡yo-la-de-ja-ba!

II
Su tristeza hacía juego con esa calle negra de Barracas, y su humor con el pesado tapado que la cubría. "No te seguirá ni tu sombra", fue lo último que escuchó antes de dejarlo.

III
-"¡Ufff Negra- una voz -salí de pedo con el portazo que diste! pensé que no iba a poder salir, que me iba a tener que quedar, aunque pensandolo bien él tiene mejor carácter que vos, Negra. Pero vos no te das cuenta ¿no? Tiene razón el pobre, con vos no se puede, Negra. Siempre así andás, mal, agria, todo negro ves. Vos sos brava, Negra. Yo estoy con vos ¿viste? pero él se hartó, pobre, de tu mala onda... pesimista siempre; así como ahora que ni me mirás!"
Entonces la miró. Tarde. Roja y alegre, su sombra entraba a una bailanta.
e.i.

No hay comentarios:

Publicar un comentario